Dades personals

No te creas nada de lo que leas, y mucho menos de lo que no leas aquí.

dimarts, 31 de desembre del 2019

El Origen del Licántropo


Helena siempre había sido una mujer muy fuerte. Pertenece a la generación previa al Metoo, aunque ella nunca lo necesitó. La palabra feminista siempre le había quedado pequeña. Mujer empoderada, trabajadora, libre.. Siempre había hecho lo que le había dado la gana y nadie se lo había impedido. Había podido esquivar todos los machirulos que habitaban en su Reinosa natal. Vivir en la provincia de Santander no le había impedido hacer de su vida lo que ella más quería. Su trabajo como profesora de preescolar, con niños y niñas de 3 a 6 años era una de sus grandes pasiones. Su entrega era total y tanto los niños, las familias y los profesores del colegio público Alto Ebro estaban encantados con ella.
Hace unos años conoció a Antonio, un profesor de matemáticas que vino al colegio a hacer una sustitución temporal. Rápidamente surgió la chispa y pasaron a ser pareja. Antonio se instaló en su casa e iniciaron una vida en común que era la envidia de todo el pueblo.
Los dos compartían su pasión por la lectura. En el caso de Helena los libros de ciencia ficción, fantasía y terror era lo que más le entretenía. Durante unos años los libros de zombis fueron su obsesión, Max Brooks,  Manel Loureiro, se convirtieron en su lectura diaria.
Hace dos años se quedó embarazada y nació Samanta. Una niña preciosa que llenó de felicidad a la pareja. Cuando estaba en el hospital de Tres Mares, Antonio le llevó la novela “El Ciclo del Hombre lobo” de Stephen King, lo que introdujo a Helena en el mundo de la licantropía. Los cuatro meses de baja por maternidad los dedicó, además de a cuidar a Samanta, a la lectura de todo el material que encontró sobre el hombre lobo. Novelas como “La marca de la Bestia” de Rudyard Kipling, “Colmillos y Garras” de Javier Piña, “Howling Mad” de Peter David y, sobretodo, películas como “Hombre lobo americano en Londres” de John Landis,” Aullidos” de Joe Dante incluso “Teen Woolf” con Michael J. Fox fue su obsesión durante ese tiempo.
Antonio era comprensivo e incluso la animaba consiguiéndole nuevo material, a fin de cuantas era lo mismo que hacia él con los comics de Marvel o las películas de la saga 007. Fue él el que le introdujo en el apasionante mundo de Paul Naschy y su hombre lobo Waldemar Daninsky, algo que ella no conocía.
Pero la felicidad de la pareja se rompió un 23 de abril de 2018. Samanta cumplía 2 años cuando su madre se dio cuenta que la niña se estaba trasformando. En hombre lobo. Bueno, en niña lobo. A la niña le empezó a salir pelo en la frente, en los mofletes, en los brazos, en las manos y en las piernas. Tenía las cejas de un adulto. Su hija era un licántropo. No se lo podían creer, llegaron a pensar que todo era una maldición por tener tanto material relacionado con los hombres lobo. Pese a ser dos adultos modernos y liberales, llegaron a pensar que su hija había sido poseída o incluso maldita.
Visitaron al cura del pueblo, para ver si le podían hacer un exorcismo o si la podía proteger de la maldición.
Pero nadie les hacía caso. Nadie era capaz de asumir que a Samanta le pasaba algo paranormal. Ningún médico sabía que le podía diagnosticar a la niña, los padres estaban desesperados.
El hecho de que no hiciera falta que hubiera luna llena para convertirse y que la plata no le afectase en absoluto, no les hacía cambiar de idea.
Tuvo que ser un médico de la Universidad en California de Santa Cruz el que les sacara del misterio. La niña tenía hipertricosis.


NOTICIA APARECIDA EN LA VANGUARDIA EL 27/12/2019
La Fiscalía de Málaga ha solicitado la apertura de un procedimiento penal contra los responsables de la empresa Farma-Química Sur al apreciar indicios de delito en el caso de los 23 bebés y niños afectados de hipertricosis por consumo de minoxidil, según fuentes judiciales.
Este fármaco es un potente vasodilatador cuyo uso más conocido es el tratamiento de la alopecia y causa el crecimiento desmesurado del pelo por todo el cuerpo. El origen del caso está en un error de la compañía farmacéutica, que envió minoxidil etiquetado como omeprazol a farmacias que elaboran fórmulas magistrales para el reflujo gástrico.
La Fiscalía de Málaga abrió diligencias el pasado 29 de agosto después de que la alerta sanitaria saltara en Cantabria (con 10 afectados), Andalucía (otros 10).

Para la Fiscalía, ha quedado acreditado que los 20 casos de hipertricosis se deben al consumo de minoxidil. En la inspección llevada a cabo en las instalaciones de la empresa fueron detectados 31 fármacos cuyo etiquetado no se correspondía con el contenido, por lo que se acordó suspender la autorización para manipular principios activos farmacéuticos. 

Las pesquisas concluyen, según las fuentes judiciales, que hay indicios de varios delitos contra la salud pública imputables a los responsables de la entidad farmacéutica al haber suministrado a distintas oficinas de farmacia envases etiquetados como omeprazol, cuando en realidad contenían minoxidil. Esto “pese a saber que su uso iba a ser destinado a la elaboración de fórmulas magistrales para el tratamiento del reflujo gástrico a bebés y niños de corta edad”.

dissabte, 28 de desembre del 2019

Mis mejores Películas de 2019


En esta época del año a todo el mundo le da por hacer listas de las mejores películas y series del año 2019. Yo no voy a ser menos y aquí tenéis las películas que más me han gustado del año 2019. Algunas las he visto en el cine, otras en plataformas tipo Netflix, otras en el festival de Sitges, y algunas no me ha quedado más remedio que descargármelas ilegalmente, ya que no han tenido distribución en España.

“The Magic Border”
Película dirigida por Stuart Baird, con Kurt Russell y Adrien Brodi. Trata de un grupo de alemanes que intenta salir del Berlín Este de 1975. Perforan un túnel desde el lado soviético con la esperanza de llegar al lado americano. Todo se complica cuando en vez de llegar al otro lado, llegan a un mundo de fantasía dominado por orcos y  trasgos donde los vampiros son los malos. El final es apoteósico.
Lo mejor. La entrada triunfal de Nicolas Cage con aspecto de orco salvando a los protagonistas, es bestial.

“Mind Control”
Dirigida por Adrej Lupin y protagonizada por Stella Cargo, Josphine Jackson y Skye Blue, tres actrices de las que seguro que oiremos hablar. Pese a ser una comedia romántica, y ya sabéis que a mí no me gustan las comedias románticas, esta funciona como una comedia de enredo muy loca que tiene momentos surrealistas dignos de las mejores películas de los hermanos Zucker.
Lo mejor. La persecución en patinetes eléctricos por las cuestas de las calles de San Francisco.

“Not Viruses Found”
La película de animación del año. La primera película del estudio californiano Cucinae, es un entretenido filme donde vemos las aventuras de un grupo de virus que intentan infectar a una niña de 2 años. Aquí los malos son la penicilina y los antibióticos. Con las voces de Steven Seagal y Cameron Diaz y dirigida por Joel Stormtrooper.
Lo mejor. La historia de amor entre los dos virus y la escena de sexo sin tapujos.

“Total Index”
Lo nuevo de Tom Cruise ha sido un bombazo. Dirigida por Sofía Coppola esta película de acción trepidante sucede durante la revolución francesa. La historia de amor de Robespierre (Cruise) y la joven Melissa (una Penélope Cruz en estado de gracia) es de lo mejor de este año.
Lo mejor. La valentía de esta producción a la hora de tratar el difícil tema de la pena de muerte.

“Toy Story” en carne y hueso.
Esta vez Disney sí que se ha arriesgado. Hacer Toy Story con actores de acción real es una jugada que no la vimos venir. Las actuaciones de Daniel Radcliffe como Woody y de John Goodman como Buzz Lightyear son soberbias.
Lo mejor. Nicolas cage en el papel Sid Phillips, el malo de la película.




dimarts, 24 de desembre del 2019

CUENTO DE NAVIDAD DEL SEÑOR CLIMENT


El señor Climent Puges fundó su fábrica de juguetes en 1942. Podría parecer que los primero años fueron duros, pero nada más lejos de la realidad. El señor Puges participó en la batalla del Ebro dirigiendo la 82 división del ejército del Maestrazgo del lado nacional. Era conocido como “El Perfecto”, todas sus acciones se saldaban con éxito. Tomaba todas las posiciones con el mínimo de bajas, ni en su escuadra ni en los enemigos, a los cuales siempre trataba con respeto. El nunca fusiló a nadie, aunque todos eran conscientes que casi ninguno de los soldados del bando republicano que él capturaba, duraban más de dos días vivos.
Sus acciones en la guerra le supusieron, además de varias medallas, que los altos mandos nacionales le tuvieran mucha estima, por lo que cuando solicitó un préstamo al Banco de Santander para montar su fábrica en Hostalric (Girona),  no solo le dieron el dinero que necesitó, sino que el alcalde de Barcelona, Miquel Mateu le facilitó todos los líos burocráticos que se pudiera encontrar.
El día 14 de Mayo de 1947, se inauguró la fábrica con una fiesta por todo lo alto. Todas las autoridades locales asistieron, el alcalde Mateu hizo un gran discurso y, aunque fuera solo por un día, Barcelona dejó de ser la ciudad gris que era.
El negocio juguetero empezó a funcionar muy bien. Los duros años cuarenta y cincuenta no lo fueron tanto para la las empresas adictas al régimen. Clipusa (como llamó él a la empresa) funcionó como un tiro desde el primer momento. Se especializaron en juguetes de metal de los que en la época eran para niñas, cocinitas, utensilios de cocina y todo lo que una niña de la alta sociedad española pudiera desear. También tenía una sección dedicada a la los trenes, pero no fue hasta los años cincuenta que, a imitación de otras empresas alemanas, multiplicaron por diez la oferta. Siempre tenían el mejor stand en la feria del juguete de Valencia. Los mejores ingenieros del sector eran los únicos  que el señor Climent contrataba. A mediados de los años sesenta fueron los primeros en el país en empezar a trabajar con el plástico, tanto en muñecas como en figuras de acción, los famosos “muñecos para niños”.
Su vida personal estuvo marcada por el fallecimiento de su joven esposa a los dos años de su matrimonio. Se casaron en 1950 en Santa María del Mar y en 1952, ni los mejores médicos de la ciudad pudieron salvar a Doña Mercedes del cáncer de estómago que padecía. Don Climent de quedó viudo con 52 años y dedicó su vida exclusivamente a su empresa.

El 24 de diciembre de 1980, don Ciment estaba trabajando en su oficina cuando el encargado de la planta golpeo con sus nudillos la puerta de acceso a su oficina.
-señor Climent, ¿puedo pasar?
-adelante, Juan, pasa cierra la puerta.
-antes de irme a casa debería confirmarme si firmamos el contrato con los americanos.
-¿ya te vas a casa?
-sí, esta noche es nochebuena y tengo que ayudar a hacer la cena.
-¿pero si tu horario no acaba hasta dentro de 2 horas?, además ¿no tienes a tu mujer en casa para que te haga la cena?
-pero ella tiene mucho trabajo con mi hijo, ya sabe que a Juanito le están dando quimioterapia y no está muy bien
-tu sigue así, y veras como tu mujer te controla hasta el dinero. Te tengo dicho que las mujeres lo que deben hacer es cuidar de su marido, y tú no puedes dejar tu trabajo para ir a hacer la cena, ¡queréis ser modernos y lo que sois es gilipollas!
-venga señor Climent, ¡que mañana es Navidad!
-Navidad, Navidad, no ganamos la guerra para acabar así…
-¿y qué me dice del contrato de Kenner Parker?
-¡pues que le van a dar por culo a esos putos yanquis! ¿Se creen que pueden venir aquí a decirnos lo que se puede y no se puede hacer?
-¡pero el contrato nos garantizaría la fabricación y la distribución de figuras de La Guerra de las Galaxias por toda España, e incluso Hispanoamérica!
-No lo tengo claro, mañana lo decidimos
-pero, mañana es Navidad y la fábrica estará cerrada.
-pues pasado mañana
-Es Sant Esteve, también es fiesta.
-anda lárgate ya a tu casa a hacerle la cena a tu mujercita…
El señor Climent se quedó solo en su oficina pensando que, después de tantos años de trabajo, lo único que le satisfacía era, seguir trabajando.
Unas horas después, se despedía del vigilante de noche de camino a su apartamento de la Diagonal de Barcelona.
Abrió la puerta del loft de 250 m2, se cambió de ropa y se dispuso a ver la tele.
-a ver si hacen alguna peli buena –pensó el señor Climent- sentándose en su cómodo sofá Mirage que había comprado hace unos años.
En la tele solo hacían especiales de navidad o documentales de historia. La televisión de 1980 no ofrecía mucho más, por lo que a los treinta minutos de sentarse el señor Climent se durmió.
-¡eh tú! ¡Despierta!.
-¡que te despiertes he dicho!
El señor Climent se despertó con un gran sobresalto. Se frotó los ojos, pues no podía creer lo que estaba viendo en la tele. Su mujer Mercedes le miraba con mucha atención. Era ella la que le había despertado.
-ya era hora. Llevo cinco minutos llamándote.
-¿quién eres? ¿Qué haces en la tele?
-ya sabes quién soy. Soy tu mujer. Estoy aquí para contarte algo.
-no puede ser, ¿estoy soñando?
-no estas soñando, he venido aquí a prevenirte que tres fantasmas están a punto de venir a visitarte. Cada uno te va a enseñar algo que necesitas ver. Algo que te mereces ver.
-no entiendo nada de lo que dices.
-Ya lo entenderás, ya lo entenderás –dijo Mercedes mientras se fundía con la estática del televisor.
El señor Climent, no podía creer lo que había pasado. Algo le habría sentado mal, quizás era la falta de sueño, trabajaba demasiado y a su edad era normal tener alucinaciones. Eso pensó él.
Se fue a la cama donde se dispuso a dormir.
Era justo medianoche cuando la ventana de su habitación se abrió de golpe y un aire frio inundó la sala. El señor Climent se despertó de golpe. La imagen de un personaje vestido de gris le sorprendió y asustó en la misma medida.
-buenas noches
-¿Quién eres?
-ya te lo dijo Mercedes. Soy el fantasma de las navidades pasadas. Y he venido a recordarte lo que parece tu que has olvidado.
-¿Qué dices? ¿Qué me vas a enseñar?
-¡tú sígueme!
-¿a dónde me llevas? –dijo el señor Climent mientras los dos desaparecían como por arte de magia.
Los cuatro soldados estaban metidos dentro de una trinchera esperando a ver si se oía algún sonido del enemigo, que esperaba a apenas 150 metros. Era la noche de San Juan, pero allí en esa trinchera a nadie le parecía importar. El entonces Capitán Pugés estaba decidido a llegar a Corbera de Ebro esa misma noche. Unos cuantos soldados republicanos no se lo iban a impedir. Él solo iba a ganar la guerra si hacía falta. Había acabado en ese agujero junto con otros alféreces cuando se dirigían al puesto de mando y un obús había acabado con su vehículo.
-un momento, yo recuerdo esto –el señor Climent le dijo a su fantasma.
-ese eres tú en 1938.
-¡coño!, ¡qué joven era! Pero esto no es Navidad, ese día hacía mucho calor, no podía ser Navidad.
-era el día de San Juan.
-¿pero tú no eres el fantasma de la navidad? ¡Vaya puta mierda de Fantasma!
-eso es lo de menos, quiero enseñarte lo que hiciste en la guerra, y en Navidad no hiciste nada. Ni siquiera estuviste en la batalla del Ebro en Navidad.
-y ¿que hice ese día para que sea tan memorable?
-tu observa.
El capitán Pugés les ordenó a todos que se quedaran en la trinchera mientras él salía a investigar por los alrededores. Nadie le rechistó, a “El Perfecto” nadie le rechistaba.
Se apartó unos metros, y cuando ya nadie le podía ver ni oír, se bajó los pantalones y defecó todo lo que había estado aguantando. Una descomposición estomacal le perseguía desde hace varios días, pero nadie podía saberlo. Él era el perfecto. Minutos después, volvió a la trinchera y lo que se encontró allí fue impresionante. Un obús había caído en plena trinchera y había matado a los tres alféreces de golpe. No pareció importarle mucho.
-ya no me acordaba de eso, mataron a los tres mientras yo estaba cagando. ¡Que gilipollas!
-¿eso es lo que sigues pensando? –Le dijo el espectro-
-bueno, no los conocía de nada
-veo que no te conmueve mucho…
-pues que quieres que te diga. La guerra fue un espanto, pero no fue culpa mía. Yo solo seguía órdenes…
Climent Pugés se despertó en su cama en la misma posición que se había dormido. Ya no sabía si era todo una pesadilla, o si era algo que de verdad estaba pasando. Se levantó, y se dirigió a la cocina. Al abrir la nevera, un personaje verde de orejas puntiagudas le sorprendió de manera que casi se cae al suelo.
-¿quién eres tú?
-soy el fantasma de las Navidades presentes.
-y tú que ¿también me vas a llevar a la verbena de San Juan?
-no, te voy a llevar a ver a la familia de tu empleado Juan
-¡no me jodas! ¿Y qué quieres que vea yo ahí? –dijo el señor Climent mientras desaparecían entre brumas.
Juan estaba en la cocina cortando el salmón en perfectas tiras que iba poniendo delicadamente en unas bandejas de color plata. Todo ya estaba preparado, la mesa estaba colocada de manera que solo faltaban las bandejas de salmón. María y su hijo José esperaban a que Juan trajera las bandejas para empezar a cenar. No era un banquete, pero no estaba nada mal para el sueldo que Juan tenia. María había llenado las copas de champan, incluso le había puesto un dedo a José. A sus 11 años, José había pasado más de la mitad de su vida en tratamiento. El cáncer no se daba por vencido, pero José tampoco.
-no sé porque me enseñas esto, no me interesa en absoluto lo que mis empleados hagan en su casa, y menos un día como hoy.
-tienes que darte cuenta que no todos han tenido la suerte que tú has tenido…
-yo no he tenido suerte, yo me he labrado mi futuro, nadie ha hecho nada por mí, ¡malditos comunistas!
-vaya mierda de misión me han encargado, dijo el fantasma mientras ambos desaparecían…
El señor Climent volvía a estar en su cocina. Cada vez estaba más acostumbrado a los fantasmas y ya nada le sorprendía. Regreso a habitación y se encontró con una figura vestida de negro que parecía llevar un casco enorme.
-he venido a llevarte a ver las Navidades del Fut…
- …uro – dijo el señor Climent acabando la frase que había iniciado el fantasma- venga déjate de ostias y enséñame lo quieras que vea, que ya me estáis empezando a hartar.
-nos vamos al 24 de diciembre de 2019 – dijo el fantasma mientras desaparecían los dos.
Las galería Encants Nous siempre habían sido una zona comercial muy visitada por los vecinos del barrio del Clot y del Eixample de Barcelona. En los últimos años estaban un poco de capa caída, habían cerrado muchas tiendas, aunque últimamente habían abierto varias tiendas de juguetes de colección. Ese 24 de diciembre las galerías estaban concurridísimas, una infinidad de compradores venidos de todas las partes se daban cita allí para comprar la última figura que había salido del “Baby Yoda” o los últimos modelos a escala que había salido del Ferrari Testarrosa.
El señor Climent y el fantasma se acercaron a oír una conversación entre un vendedor y su cliente.
-no sé qué hacemos aquí, estas tiendas de muñequitos me parecen una cutrada.
-hemos venido para que veas tu legado
-¿qué legado, ni que mierda? Aquí no venden ningún juguete de los que hice yo.
-Eso es lo quería que vieras
-¿No hay nada hecho por Clipusa?
-nada, no lo consideran digno de coleccionar.
-pues vaya mierda de sitio. Pero no te creas que tampoco me importe mucho.
Fue entonces, cuando estaban a punto de desaparecer, cuando el señor Climent se fijó en la conversación que el vendedor estaba teniendo.
-pues si tío, he vendido unas figura de Star Wars de las que fabricó PBP por más de 4000 euros.
-¿de esas de se fabricaron en Hostalric?
-sí, de esas, estaba impecable y un coleccionista me la ha comprado. Ojala pudiera conseguir más figuras como esa, vendidas poco a poco, me podría hacer de oro.
La cara del señor Climent le cambió por completo. Eso sí que le había impresionado.
Las dos figuras se desvanecieron y el señor Climent apareció sentado en su sofá con la tele aún abierta. La figura de doña Mercedes se apareció en la pequeña pantalla.
-entonces que, Climent ¿has aprendido algo hoy?
-¡cállate pesada! Dijo el señor Climent levantándose y apagando el televisor. Descolgó el teléfono y marco unos número. Al cabo de unos segundos una voz sonó al otro lado.
-¿diga?
-Juan, soy el señor Puges. Ya sé que son las cuatro de la mañana. Pero quiero que llames inmediatamente a los americanos y que les digas que sí que queremos el contrato para fabricar los muñecos de la película esa. Sé que los entrometidos de PBP también quieren el contrato y quiero quitárselos. También quiero que una vez fabricado, me prepares 50 unidades de cada figura y me las guarde en cajas para transportarlas a un lugar seguro que yo cuidare de ellas….

divendres, 20 de desembre del 2019

Paco y su rutina.


Paco era muy disciplinado. Trabajaba en una multinacional dedicada a las aplicaciones de móviles en una oficina en el barrio del Poble Nou en Barcelona. Su trabajo en la administración burocrática de la empresa era aburrido hasta morirse, pero a él le gustaba. Su vida era monótona y él estaba encantado. Cada día fichaba a las 7:00 de la mañana. Salía a comer a las 13:00, volvía a fichar a las 14:00 y se iba a su casa a las 16:30. Cada día, siempre lo mismo.
Vivía en Cornellá de Llobregat, en el barrio de Gavarra. Cada día cogía el metro para llegar al trabajo. 45 minutos en los que se dedicaba a repasar los periódicos locales en su Iphone 5S. Prefería leer prensa local, ya que no le importaba mucho lo que pasaba en el mundo. Su vida era monótona y sencilla, y él no estaba dispuesto a cambiarla por nada.
Todos los días eran iguales, salvo los domingos, que por regla general no salía de casa, siempre hacia lo mismo. No tenía hobbies, no iba al gimnasio, no le gustaba pasear, ni salir con los amigos. No se emborrachaba, ni le gustaba ir a bares. Nunca había tenido novia. Tampoco la había buscado.
Los viernes por la tarde iba al supermercado a comprar todo lo que iba a necesitar la semana siguiente. La sección de productos de limpieza era su favorita. Su casa estaba siempre limpísima. Se hacia la cama cada día. Lavaba las sábanas cada dos días, nada le sacaba de su rutina.
Sus vecinos apenas le conocían. Siempre intentaba no cruzarse con nadie en el rellano de la escalera, y cuando lo hacía, se hacia el escurridizo para no tener que entablar ni la más minina conversación.
Últimamente había perdido algo de peso, por lo que decidió ir al médico de cabecera. Se hizo una analítica y fue a ver a su doctora. La doctora Coria.
Los resultados no fueron buenos. Le encontraron algo que él no había oído en su vida, hipertiroidismo. Le dieron hora con el endocrino en el ambulatorio de los especialistas de la calle Bellaterra para una semana después. Rápidamente fue a Google a ver qué era eso del hipertiroidismo. Resulta que la tiroides estaba revolucionada y hacia que perdiera peso, tuviera insomnio, le temblaran las manos,… pero nada importante. Unas pastillitas (tirodril) y con el tiempo todo curado.
No había sido nunca hipocondriaco, y no iba a empezar a serlo ahora, por lo que se lo tomo con calma y siguió con su vida normal. Trabajo, casa, limpieza, trabajo, casa, limpieza…
Pero un día, mientras veía La Ruleta de la Fortuna, uno de los pocos programas que le entretenían desde que retiraron de la programación Pasapalabra, empezó a sentirse raro. No es que se encontrara mal, pero la pierna derecha daba la sensación que se le dormía. Poco a poco noto que  la parte derecha de la cara se empezaba a dormir. Se asustó un poco, pero poco a poco se le fue pasando y empezó a sentirse bien. Se levantó, se acercó a la nevera y se tomó una coca-cola, pensaba que había sido una bajada de tensión, o incluso una subida.
Volvió a sentarse en el sofá. Y fue entonces cuando le dio el chungo grande.
Le encontraron tres semanas después. El mal olor del cadáver había hecho que la vecina llamara a los mossos y ellos abrieran la puerta a martillazos, ya que la puerta de seguridad que Paco tenía, no permitía que un cerrajero normal la abriera.
Resulta que los ahogos que había tenido los últimos días habían sido causados por una arritmias que el hipertiroidismo le había causado.
Esas mismas arritmias le habían producido dos infartos cerebrales. Dos coágulos de sangre le habían ido al cerebro. El segundo le había dejado inconsciente. Había tardado 20 horas en morirse. Si hubiera tenido gato, se lo hubiera comido, pero como la casa estaba tan limpia, incluso los gusanos tardaron varios días en actuar.

dimarts, 17 de desembre del 2019

Hipopotomonstrosesquipedaliofobia


Jaime tenía hipopotomonstrosesquipedaliofobia. Normalmente podía hacer una vida normal, pero a veces tenía problemas. En julio conoció a Berta en un supermercado. Empezaron a salir y acabaron intimando. Empezaron a hacer planes de futuro. Iban a comprar un piso en el centro de Barcelona, tendrían hijos, todo iba a ser perfecto.
Hacían una gran pareja. Eran guapos, elegantes, gente trabajadora de la que sale adelante sin problemas. De los que se compran una segunda residencia y votan partidos de derechas.
Cuando ya tenían fecha para la boda, Berta empezó a tener unos mareos extraños. Todo el mundo decía que eran vértigos. Fue al médico, se hizo pruebas. No encontraban nada malo.
Todo era muy extraño. Empezaron a preocuparse, no era normal que nadie les dijera que estaba pasando. Había días que Berta no podía salir a la calle, se mareaba constantemente y Jaime tenía que ayudarle para hacer todo.
Un día leyeron que había un psicólogo que, con una nueva técnica traída de Houston (USA), podía experimentar con los pacientes de manera que podía averiguar todo lo que les pasaba. Pidieron hora con él y, tras varias visitas, les citó en su consulta de la calle Ganduxer para darles el tratamiento.
Aunque en realidad no había tratamiento. Berta sufría de:
xantofobia (miedo al color amarillo)
turofóbia (miedo al queso)
ombrofobia (miedo a la lluvia)
omtalofobia (miedo a los ombligos)
uranofobia (miedo al cielo)
pogonofobia (miedo a las barbas)
tripofobia (miedo a los agujeros)
rutilofobia (miedo a los pelirrojos)
barbafobia (miedo a los peluqueros)
crometofobia (miedo al dinero)
efebitofobia (miedo a los adolescentes)
bromidrositofobia (miedo al mal olor corporal)
logicomecanofobia (miedo a los ordenadores)
caligunefobia (miedo a las mujeres guapas)
nomofobia (miedo a salir de casa sin mobil)
peladofobia (miedo a la gente calva)
Ripofobia (miedo a defecar).
Cuando salían de la consulta Jaime le fue a dar un beso, pero ella no le dejó, porque tenía filematofobia, automáticamente él tuvo una erección, lo que le causo un disgusto, ya que él tenía medortofobia
Su relación tenía que romperse. Los dos tenían fobofobia y tenían que separarse.

dijous, 12 de desembre del 2019

Vida y desgracia de Josico


Josico había coleccionado toda la vida. Sellos, monedas, sobres de azúcar (glucofilia le llamaban), dedales, calendarios… y últimamente empezó a comprarse juguetes. Empezó por figuras de Star Wars. Darth Vader, Luke, Yoda, Leia, incluso figuras más raras, de esas que solo aparecían en la película solo unos segundos pero podías comprar la figura. Durante un tiempo tubo obsesión por Boba Fet. Figura que salía, figura que compraba. Era un no parar. También estaban las de Marvel, casi infinitas. Tenía las estanterías llenas cuando descubrió las figuras relacionadas con Tim Burton, Pesadilla Antes de Navidad, la Novia Cadáver,… todas le parecían increíbles. Luego llegaron las de Disney, la lista era interminable. Después las relacionadas con El señor de los anillos y poco después las que representaban figuras de series de televisión.
Ya no tenía espacio en sus paredes. Las vitrinas que había comprado en Ikea no eran suficientes para la cantidad que acumulaba. Empezó a escribir en foros de internet, a relacionarse con otros coleccionistas, a hablar de lo que le faltaba y lo que tenía repetido, a hablar de la posibilidad de montar una exposición, incluso un museo. El museo Josito. Empezó a hablar con los representantes del ayuntamiento de su pueblo para ver si había algún espacio público que el pudiera usar para exhibir su inmensa colección. Estaba exultante, ninguna de las otras colecciones que había hecho le había proporcionado tanta satisfacción. Empezaba a tener un nombre dentro de la comunidad de coleccionistas. Muchos le llamaban para pedirle consejo, para preguntarle que figura era mejor comprar, cuales estaban descatalogadas, cuales eran más difíciles de encontrar. Se había convertido en una estrella del coleccionismo.
Pero de pronto su vida personal se desmoronó.  Los recortes provocados por la crisis hicieron que la fábrica en la que trabajaba hiciera recorte de plantilla y, aunque él era de los más antiguos, acabo despedido.
El mismo día que llegaba a casa con la noticia, su mujer le esperaba con otra noticia peor. Había conocido a alguien en Badoo y le abandonaba. En un plis plas su vida se fue a la mierda.
El paro se fue acabando y seguía sin encontrar trabajo. Los ahorros empezaban a acabarse, de manera que la única solución pasaba por venderse la colección de figuras para poder seguir pagado el alquiler.
Su primera opción fue venderlo todo en portales de internet como Todocoleccion o Ebay, pero eso ocuparía mucho tiempo y él necesitaba dinero rápido. Sabía que su colección valía mucho dinero, el que se había gastado y el precio de mercado que había ido subiendo. Preguntó en varias tiendas de coleccionismo de juguetes vintage que había en unas galerías comerciales de su ciudad, y en todas la respuesta era la misma: su colección no valía nada, apenas un euro por pieza. No podía creer lo que pasaba, con el dinero que se había gastado, y ahora le decían esto. No les hizo caso y saco toda su colección completa a la venta en internet, y la respuesta era la misma, ninguna oferta. Llamó a todos sus amigos coleccionistas y todos le dieron la espalda, nadie quería comprarle nada, ni si quiera a mitad de precio.
No lo podía entender. Aunque la respuesta era más sencilla de lo que él creía. Nadie quería sus Funko Pop de mierda.

dimarts, 10 de desembre del 2019

Los gérmenes contra los que luchamos


Hoy 10 de diciembre de 2019 se entregan los premios Nobel en Oslo. Este año el Nobel de química se lo han llevado los profesores John B. Goodenough, Stanley Whittingham y Akira Yoshino, los padres de la batería de litio, invento que ha cambiado el comportamiento de la humanidad.
El profesor Paul DeYoung de la Universidad California en Santa Cruz, ha hecho uno de los estudios que posiblemente luchen por el premio  Nobel de Química del año que viene.
 El profesor DeYoung ha estudiado la composición más corrupta que se puede encontrar en la superficie de la tierra.
Ha buscado y analizado las partes más sucias y con más gérmenes que haya creado el ser humano. Ha descartado las zonas terrestres sucias donde la mano del hombre no haya actuado. Su foco ha estado en aquellas zonas que más microbios acumulen.
Después de tres largos años de investigación, ha llegado a la conclusión que el sitio de la tierra donde más inmundicia se acumula es el pomo de la puerta de los lavabos públicos. Después de utilizar el lavabo de un centro comercial, o de un bar, o de un aeropuerto, te puedes lavar las manos con jabón desinfectante. Puedes frotarte hasta hacerte daño como hace Leonardo DiCaprio en la película “El Aviador”, puedes sumergir las manos en lejía, es igual. Después deberás abrir la puerta para salir. Y ahí te encontraras el pomo de la puerta que han utilizado cientos (sino miles) de personas antes que tú. Ellos habrán dejado los restos de sus partes íntimas, perqué ellos no se habrán lavado las manos. Todos los microbios que corren por sus genitales se habrán transmitido al pomo de la puerta, de ahí pasan a tus manos y de tus manos pasan a tu boca en el momento que te comas un bocadillo, te toques los labios o te lleves un cigarro a la boca.
Salud.

divendres, 6 de desembre del 2019

Las Aventuras de Helloboy


Las aventuras de Helloboy y su novia, Goodbygirl.
En un mundo decadente, donde la civilización está llegando a su fin, Helloboy lucha por mantener en orden lo poco que queda de la civilización occidental. Luchando contra la indiferencia general que produce su presencia, Helloboy utiliza los superpoderes que adquirió en el  accidente en los laboratorios del profesor Barrachina. La vida del superhéroe es dura, ya nadie cree en ellos y nadie les pide ayuda, por lo que, desde la más absoluta indiferencia, tiene que seguir salvando a la gente que se encuentra por la calle.
-hello –le dijo Helloboy a la anciana a la que le estaba aguantando la puerta para que ella pudiera entrar en los ENCANTS NOUS.-
-¡púdrete puto mamarracho!
Él no podía entender por qué esa entrañable abuelita le trataba tan mal. Vale que ella olía a orines, pero él únicamente le quería ayudar. La mirada de la señora le penetraba como un taladro en la pupila, quizás no era únicamente una abuelita, quizás era algo mas, quizás era el engendro maligno más terrorífico que había pisado la faz de la tierra. Esos ojos no eran humanos, en algún momento quizás lo había sido, pero ya no lo eran. Eran el fruto de la degeneración de la raza humana. El odio corroía sus entrañas y necesitaba expandirse por toda la humanidad, y ya había decidido por dónde empezar. Los lavabos de ENCANTS NOUS iban a ser su campo de experimentación. Desde allí expandiría la muerte en forma de mugre. Y una buena manera de empezar era dejando restos púbicos por los lavabos masculinos.
Helloboy había encontrado su antítesis, su némesis, su archirrival, la otra cara de la moneda. Él y LA JUSTI DEL LAVABO habían empezado una relación que solo acabaría con la muerte y destrucción de uno de los dos. Las espadas estaban en todo lo alto y solo uno iba a ver salir el sol al día siguiente.
Lo primero que descubrió nuestro querido superhéroe, es que sus educados, correctos, comedidos,  instruidos y corteses saludos, poco podrían hacer contra la maldad que ella desprendía.  Necesitaba desarrollar nuevas técnicas para poder luchar contra el mal. No iba a ser fácil, pero solo él lo podía conseguir, por algo él era HELLOBOY y lo se lo iba a demostrar a si mismo y a toda la sociedad, esa sociedad que le ignoraba y le despreciaba a partes iguales.

dijous, 5 de desembre del 2019

Subida y caida de Adolfo


La vida de Adolfo había sido fácil. Pese a venir de una familia pudiente de Barcelona, una serie de malas decisiones le había llevado a sufrir más de la cuenta. Una infancia feliz le había llevado a experimentar con todas las drogas posibles durante su adolescencia. Siempre pensó que lo controlaba todo, todos lo hacen, y algo de razón no le faltaba, el dinero familiar le había evitado entrar de lleno en la delincuencia. Siempre bromeaba que él no era un yonki de mierda, él era un joven con tendencia a experimentar con la vida.
Pero todo eso acabo cuando fallecieron sus padres y de repente se encontró solo. El dinero a partir de ahora iba a depender solo de él, porque ya no podría hacer la llamada de la salvación. Montó una tienda de antigüedades, una de discos de vinilo, incluso una de cigarrillos eléctricos. Todas fracasaron, todas se fueron por la nariz de Adolfo.
De la nariz paso a la vena, por el camino quedaron las pastillas y el alcohol, aunque eso no era vicio, lo hacía todo el mundo.
Un mal matrimonio le dio un hijo que él nunca quiso. Poco a poco llegaba al fondo. Y poco después al fondo del fondo.
Con más de 50 años e inflado a metadona decidió dar un último paso. Decidió tirarse por la ventana.
Su vivienda en la calle Valencia era lo único que le quedaba y desde allí decidió acabar con todo. Salió por la ventada del comedor y se dispuso a morir. La altura del tercer piso hacia inevitable la muerte. Únicamente pretendía no hacer daño a nadie, por lo que empezó a gritar para que los posibles transeúntes no hicieran de colchón.
-¡apartaros que me tiro!
-¡pero qué coño haces! –gritaba un repartidor que había dejado su furgoneta en doble fila mientras descargaba medicamentos. -¡bájate de ahí!
- ¡que me tiro, que quiero acabar con todo!
- ¡apartaros de la acera, que os va a caer encima! Gritaba el camarero del bar que había junto a la farmacia.
La gente se empezaba a detener para ver lo que estaba pasando, la multitud cada vez era más grande.
-¡Tírate, cabrón, no tienes huevos! – las vecinas del cuarto que se habían asomado por la ventana habían empezado a gritar, aunque estas lo tenían claro. – ¡tírate!
Adolfo las oía y no podía creerlo. Quienes eran esas zorras que le animaban al suicidio. Él lo tenía claro, no necesitaba que le ayudaran. Lo iba a hacer igual.
-¡ahora sí que me tiro! – dijo dejándose caer al vacío.
Bueno, vacío no. Porque en el último momento, durante la caída, sacó un brazo y se agarró al balcón del segundo piso. No lo hizo lo suficientemente fuerte como para salvarse, pero el balanceo le permitió caer en una rama de un árbol y de ahí a caer sobre una moto que estaba (incorrectamente) aparcada en la acera. En definitiva, había salvado la vida.
La ambulancia llegó, junto con dos patrullas de los Mossos de Escuadra. Interrogaron a los vecinos y el camarero chivato les informó de lo que las chicas del cuarto habían gritado. Cuando fueron a interrogarlas descubrieron en realidad no vivían ahí, eran trabajadoras de un prostíbulo. De hecho, nadie sabía que ese piso era un prostíbulo. Todas acabaron en la cárcel, no tenían papeles.
Adolfo llegó al hospital lamentando lo que había hecho.
-¡no lo hare más, no lo haré más! –iba repitiendo Adolfo.
No se había matado, pero había hecho algo bueno por la sociedad al descubrir un prostíbulo en Barcelona.
Si paseas por la calle Valencia de Barcelona, aun podrás ver a Adolfo. El seguirá intentando ser feliz, pero tú no intentes lo mismo. Seguro que te matas.


Los dedos del diablo estan aqui para exterminarnos



Jack Finney en 1955 ya lo había dicho. Don Siegel, Philip Kaufman, Abel Ferrara y Oliver Hirschbiegel nos lo pusieron en la pantalla. Incluso Marc Pastor y Carlos Martin Ferrera nos lo explicaron.
Nadie les hizo caso. El fin del mundo estaba por llegar, y llegaría desde el espacio exterior. Nos invaden. Nos sustituyen por replicas y ni nos enteramos. No nos lo han puesto fácil. Hoy en día hay tanto tarado que no podemos sospechar si son extraterrestres o si son gente normal que vive entre nosotros.
En 1914 las tropas australiana que vinieron a luchar en la Primera Guerra Mundial, trajeron en sus botas las esporas de Clathrus Archeri. El Stinkhorn, como ellos lo conocían, se ha ido distribuyendo por todo el planeta. Ahora, mucho tiempo más tarde, sabemos que Los Dedos del Diablo no son un hongo, es una especie extraterrestre que clona a los seres humanos de manera que estos clones puedan planear la entrada en la tierra de los verdaderos extraterrestres.
Durante muchos años los hemos visto pero no les hemos tenido miedo. Pensábamos que solo eran una seta pestilente con forma de pulpo, que no teníamos nada que temer. Ahora ya sabemos que muchos de nuestros vecinos no son los originales. Sus copias se han deshecho de sus cuerpos y nos están exterminando poco a poco.
Solo nos queda la lucha. Luchar por saber si ese vecino que antes era un poco idiota y ahora va pregonando que ha votado a Vox, es una copia o es el real. Esa presentadora de televisión es una copia, o siempre ha sido medio retrasada?. Nuestros vecinos, esos con los que compartimos vagón en el metro, esos que se suben al vagón sin dejar que nos bajemos o esos que van hablando con el manos libres como si a nosotros nos importara una mierda lo que están diciendo. Todos esos pueden ser  copias y creo que tenemos todo el derecho del mundo a exterminarlos.




Lo que esconde el Suelo de Barcelona


¿Sabéis que en el suelo de Barcelona hay unos códigos secretos que nos conectan con otra dimensión?
Pues ahora lo sabéis. Los “panots” que se utilizan en las diferentes aceras de la ciudad están colocados de una manera especial que, una vez los has descifrado, puedes llegar a cualquiera de las otras 6 Barcelona que existen en diferentes dimensiones.
El ayuntamiento tiene una brigada especial, llamada Brigada de comunicación interdimensional, o sea BDCI, que se encarga de colocar los panots de manera correcta.
Hay varios tipos de panots, los de 4 pastillas, los de 4 pastillas con círculo y el panot de flor. Los dos primeros se utilizan de manera funcional, únicamente para garantizar el paso de la gente. Pero el conocido como Panot de Flor es el que el BDCI utiliza para descubrirnos el paso a otras dimensiones. Siempre se ha creído que era diseño de Puig i Cadafach, que lo utilizó en el vestíbulo de la casa Amatller, pero una investigación de 2013 descubrió que no tiene nada que ver, que salió de una subasta pública hecha por el ayuntamiento que se adjudicó la empresa Escofet. A partir de ese año el BDCI coloca exactamente 27 baldosas en la aceras largas del Eixample, 69 en los chaflanes y 72 en los cruces de la calles más grandes (paseo Sant Joan, Passeig de Gracia…). Estas series se repiten por todo el barrio y ellos se encargan que cada cierto número de panots haya uno diferente. Si sabes cuales son y los colocas en serie de forma concreta, solo has de descubrir el código, aplicarlo a la puerta que hay en uno de los pabellones que hay en Montjuic, y ya puedes acceder a esas otras dimensiones.
El ayuntamiento de Ada Colau está empezando a descubrir la historia y ya se han organizado salidas. Yo tengo un amigo dentro de consistorio y ya he ido a dos Barcelona diferentes a la nuestra. Poco puedo contar, ya que me han hecho firmar un acuerdo de confidencialidad, pero puedo decir que he estado en la Barcelona capital de una Catalunya independiente y en la Barcelona capital del país Iberia (actual España y Portugal). También puedo decir que Pilar Rahola es alcaldesa de la segunda.

De como estuve a una cagada de casarme con Verónica Blume



Hoy os voy a contar como estuve a una cagada de casarme con Verónica Blume.
Corría el año 1995, concretamente el día 23 de enero. Yo volvía a Portland (Oregon, USA) después de pasar un mes de vacaciones en casa. Maldita la hora que se me ocurrió ir un mes de vacaciones a casa estando trabajando en USA, pero eso es otra historia.
De Barcelona a Portland, en tres aviones, pero con 5 escalas. Eso hacia 5 despegues y cinco aterrizajes, prácticamente 24 horas de viaje de una punta a otra punta del mundo.
El avión de la compañía TWA salía a las 10 de la mañana y, como siempre un par de horas antes ya estaba en el aeropuerto facturando las dos maletas que traje. Si, dos maletas para un mes de vacaciones en casa… una vez en la parte interior de aeropuerto, mis padres ya me habían dejado, nos notificaron que el avión salía con retraso, ¡para variar!.
Me senté a esperar el acceso. No quise empezar a leer el libro que tenía preparado, quería leerlo cuando ya estuviera en el aire, eliminar los malos espíritus que me habían perseguido en Barcelona esos días… ya he dicho que esa es otra historia.
Me dediqué a observar a la gente, ¿Qué pasaría por cada una de esas cabezas?¿ A donde volarían?, ¿qué sería de su vida después de este viaje? . Fue entonces cuando la vi. Sus enormes ojos azules  me parecían tan familiares que estuve a punto de levantarme para ir a saludarla, como si la conociera de toda la vida. Pero no, no conocía a Verónica Blume de nada, salvo de haberla visto en las revistas del corazón o en programas de cuchicheos en la tele. Verónica Blume, la nueva Judit Mascó, la nueva diva de la moda.
No tendría más de 18 años, viajaba sola, como yo. Supuse que iría a Nueva York, ¿Dónde más iba a ir una chica como ella?. La estuve mirando un buen rato, de manera que ella no se diera cuenta, tampoco quería que me detuvieran por acoso. No era el único, a poco más de 5 asientos a mi derecha, vi a un chico de unos 20 años que estaba haciendo exactamente lo mismo que yo, mirarla de manera intensa. Con una pequeña diferencia, él tuvo el valor de levantarse e ir a hablar con ella. Por un momento pensé que ella le soltaría cualquier cosa y se lo quitaría de encima, pero no fue así. Ella le mantuvo la conversación, incluso parecía hacerle gracia que él la hubiera reconocido. Desde donde yo estaba no podía escuchar lo que decían, pero a los dos se les veía que lo estaban pasando muy bien.
Yo no me habría atrevido ni en mil años a hacer lo que el chico hizo, pero tengo que reconocer que me moría de envidia. Posiblemente no llegarían a nada, pero tener una conversación con una persona famosa, y tan guapa como aquella, era algo que en ese momento me hubiera gustado hacer. Finalmente nos llamaron y empezamos a subir al avión.
Yo había estado malo los últimos días, ya no tenía fiebre, me no me encontraba del todo bien, solo pensaba en sentarme en mi asiento y dormir todo el viaje.
Al pasar por primera clase, la vi sentada junto a la ventana en el pasillo de la izquierda, junto a ella no había nadie (el avión no iba lleno), no había nada en el mundo que en ese momento deseara más, que sentarme allí y contarle mi vida.
A mí me tocó un asiento justo en la mitad del avión, y me di cuenta que el chico estaba sentado 8 filas a la izquierda por delante mío. Mala suerte, pensé, la vas a tener a 10 metros de ti, pero no vas a poder acercarte a ella…
El vuelo salió sin ningún tipo de problema, y yo me dispuse a leer hasta que aterrizáramos en Lisboa, donde hacíamos escala, pero donde no teníamos que cambiar de avión. Después de dos horas de vuelo, aterrizamos  sin ningún tipo de problema.
Me fije que el chico salió disparado a la parte de adelante a seguir conversando con su nueva amiga. A los 5 minutos unas azafatas portuguesas muy amables fueron preguntando de quien eran todas la maletas que había en los espacios superiores, ya que había gente que se había bajado en Lisboa, y no podía quedar ningún bulto sin dueño. Al llegar a la mochila del chico, nadie respondió, no aparecía su dueño. Las azafatas empezaron  a ponerse muy nerviosas, y empezaron a coger la mochila con mucho cuidado. Aprovechando que iba al lavabo les indique que era de un viajero que había ido a la zona de primera clase. Lo fueron a buscar y todo quedo ahí, nadie se enteró que yo había sido quien les había informado, mi buena acción del día estaba cubierta.
Salimos para Nueva York sin más problemas. Durante las 8 horas de viaje el chico hizo unas cuantas escapadas a la parte de adelante. El movimiento de gente era constante, ya que en esa época se podía fumar en las últimas filas del avión.
Llegamos al aeropuerto JFK y los perdí de vista, tampoco me preocupe mucho por ellos, aun me quedaban muchas horas de vuelo y no tenía ganas de nada.
Estuve esperando mis maletas en la cinta, cuando de repente me fije que Verónica estaba a mi lado. Del chico no supe nada más, supongo que cogió sus maletas y  se fue. No me atreví a decirle nada, ni siquiera cuando unas adolescentes le pidieron hacerse una foto con ella. La foto la hizo la madre de ellas, no había llegado aún la moda de los selfies.
Durante unos minutos hubo un intenso silencio incomodo entre los dos, tampoco sabía que podía decir. Salieron mis maletas, las cogí y me fui a la zona de aduanas sin mirar atrás, podía haberme esperado y ayudarle a coger las suyas, pero no se me ocurrió en ese momento.
Después de la aduana facture de nuevo  las maletas y me adentre en el aeropuerto en busca de la zona de vuelos domésticos, todo un lío en un sitio tan grande. Una vez localizado,  comí algo y espere las 4 horas que me quedaban hasta que saliera el vuelo a Sant Louis.
Cuando ya estábamos a punto de embarcar, me di cuenta que había poquísima gente, iba a ser un vuelo muy tranquilo y muy solitario. Fue entonces cuando la volví a ver. Allí estaba ella, con su sonrisa especial, como recién duchada, no parecía que llevara 12 horas dando vueltas por el mundo, supongo que en la sala VIP se está mejor que en los asientos de la terminal.
Nuevamente la vi sentada en primera clase, y nuevamente me senté solo en la mitad del avión. Mi cabeza no paraba de darle vueltas, tenía que armarme de valor, ir adelante e iniciar una conversación con ella. Lo tenía todo a mi favor, no había nadie que hablara nuestro idioma, no había casi nadie en el avión, tenía la excusa de que la había visto en el otro vuelo y con eso podía iniciar una conversación… nada de eso paso.
Ya habían pasado varias horas y decidí ir al lavabo de la parte de adelante.
Y aquí llega la clave. Solo mee. No cagué. Si hubiera cagado, al salir cuando me la encontré de frente entrando en mi lavabo podría haberle dicho que no entrara, que se fuera a otro.
Pero no lo hice.
No me fui con ella a primera clase y no me bebí 30 whiskies.
No le conté mi vida, ni ella me contó la suya durante toda la noche.
No nos intercambiamos teléfonos en USA, por si algún día iba a Portland.
No me inventé que era profesor de universidad en un College (realmente solo era un “lector de español”).
En definitiva, no me casé con Verónica Blume.
Si me lees, Verónica, aún estamos a tiempo.