Dades personals

No te creas nada de lo que leas, y mucho menos de lo que no leas aquí.

dimarts, 17 de març del 2020

Un dia de pesca por Oregón


John Smith vivía en un pueblecito del estado Oregón llamado Boring. Trabajaba en la gasolinera Shell que había a la entrada del pueblo. Su mujer no salía nunca de casa, era él el encargado de hacer las compras para toda la familia.
Su gran pasión era la pesca. Todo el año esperaba que empezara la temporada de pesca para poder ir todo un fin de semana a pescar con su amigo Mike. Su lugar preferido para pescar era el Lost Lake, muy cerca del Mont Hood. Allí acampaban en la naturaleza y pescaban todo lo que podían.
El lunes 16 de marzo John empezaba sus vacaciones y salía junto a Mike a y su perra Trish, una espléndida perra labrador, en dirección a su lago preferido. Este año iba a ser diferente, ya que por fin podía estrenar su nueva y flamante camioneta, una Chevrolet Silverado HD con motor V8 Duramax Turbo-Diesel con 1.233 Nm.
A las 4 de la tarde llegaban a su destino. Buscaron un buen sitio para acampar, hicieron un buen fuego y se dispusieron a pasar la primera noche en la naturaleza. Dieron buena cuenta de las cervezas Coors que habían comprado en Boring y se fueron a dormir pronto. Por la mañana fueron al lago a investigar y encontrar el sitio ideal para poner sus cañas, cuando se dieron cuenta que el lago estaba completamente congelado. Eso no iba a impedir que disfrutaran de su pasión, por lo que cogieron la camioneta y, conduciendo, entraron a la superficie helada del lago. Aparcaron sobre el lago y se dispusieron a hacer un agujero para poder pescar con sus cañas último modelo.
A las tres horas se dieron cuenta que no iban a pescar nada. No había picado ningún pez y se estaban empezando a desesperar. Fue en ese momento cuando a John se le ocurrió una maravillosa idea. Fue a la camioneta y trajo algo que tenía dentro de una caja metálica.
- Mira Mike, con esto vamos a pescar todos los peces del lago.
- Pero ¿qué demonios es eso?
- Dinamita, la voy a lanzar todo lo lejos que pueda, la explosión romperá el hielo y matará y aturdirá a una gran cantidad de peces, solo tendremos que ir con la red y recogerlos.
- No se John, yo no lo veo muy seguro.
- No te preocupes, ya lo he hecho otras veces -mintió John.
Los dos se alejaron unos 50 metros de la camioneta y se dispusieron al lanzamiento. Mike le encendió la mecha a la barra de dinamita que John tenía en su mano. John se dispuso a lanzar la dinamita lo más lejos que podía.
No fue hasta que la dinamita había salido disparada cuando John se acordó de Trish. La obediente perra salió disparada en dirección a lo que su amo había lanzado. Era su juego preferido, seguro que cuando entregara el palo a John, este le daría una recompensa...
John hizo un gran lanzamiento, pero justo al momento que la dinamita contactaba con el hielo, Trish llegaba a su altura, la recogía con la boca y se disponía a entregársela a su amo.
Mike y John miraron la escena horrorizados. No tuvieron mucho tiempo para pensar, por lo que de manera instantánea John cogió la escopeta de caza que llevaba colgada al hombro y disparó a su fiel Trish. El impacto le dio de lleno en lado izquierdo. Pero las balas que llevaba la escopeta de John no eran de caza mayor, eran para cazar pequeños animales, por lo que no mataron instantáneamente a Trish. Únicamente la hirieron. Y en ese momento Trish hizo lo único que podía hacer, esconderse. Y ¿dónde podía esconderse?, efectivamente, debajo de la camioneta Chevrolet Silverado.
La explosión se oyó por todo el lago. Trish reventó en pedazos. La camioneta aguantó el fuerte impacto, pero el hielo se rompió, y la Chevrolet acabó en el fondo del lago.
John y Mike pasaron varios días decidiendo si llamaban a alguien para que viniera a buscarlos. Al final el hambre pudo con la vergüenza y llamaron a la policía local y les explicaron lo que les había sucedido.

Dicen por Oregón que aún se oyen las risas del agente de seguros al que le reclamaron que le pagaran la camioneta.

1 comentari: