Dades personals

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dilluns, 5 d’octubre del 2020

Marea Cinefila

 


Iba a necesitar alguien que le cambiara el parquet. Ya había alcanzado el límite de lo que podía aguantar. Todo el comedor y parte del pasillo se había convertido en una montaña rusa. La madera se estaba levantando de manera que ya era peligroso caminar sobre ella. No sabía a quien llamar, por lo que escribió una entrada en Facebook solicitando Consejo.

“Necesito alguien que me arregle (o cambie) el parquet de casa. Alguien barato. Vivo en las casas de la seda de El Prat de Llobregat”

Pilar tenía 42 años. Vivía sola en una casa que había heredado de su padre como antiguo trabajador de la fábrica La Seda de El Prat de Llobregat. Muchos inversionistas le habían hecho ofertas para que vendiera su casa. Habría tenido dinero suficiente para comprarse un piso donde hubiera querido. Pero ella estaba enamorada de su casa. La compartía con su perro Blacky. Había Estado casada, pero no tuvo hijos y su matrimonio dejo de funcionar a los 10 años. Se había quedado sola, aunque era como realmente ella quería estar. Conocía  a gente a través de la red, pero no quería líos con nadie. Trabajaba en una de las tiendas que Disney tenía en Barcelona. Era la encargada y eso era algo que le apasionaba. Tenía a su mando a toda la plantilla de trabajadores.  Era una buena jefa, todos la adoraban, o eso se pensaba ella. Durante el curso de prácticas que había hecho en Nueva York, había conocido a Peter, con el que había tenido una “historia”. De vez en cuando él la visitaba. Era visitas muy esporádicas. El estaba casado, vivía en New Jersey, y viajaba a Europa un par de veces al año.

Así era como a Pilar le gustaba vivir. Se consideraba una mujer libre,  feminista y empoderada. Su vida solo requería de unos momentos compartidos con sus amigos, ya fuera en forma de viajes o en cenas interminables en la terraza de su casa.

Pronto iba a llegar octubre. Su mes preferido. Ya tenía un apartamento alquilado en Sitges, donde iba a disfrutar nuevamente de su festival de cine preferido. Iba ver unas 30 o 40 películas. Varios de sus amigos iban a estar con ella compartiendo sus vacaciones de otoño. Pero antes tenía que arreglar el parquet.

Era lunes 24 de agosto y volvía de trabajar a las cuatro de la tarde. Aparcó su Mini en el único espacio que había en la calle Carles Stulemeijer. Al ir a entrar a su casa se encontró con dos hombres vestidos con mono de trabajo azul.

-hola, ¿eres Pilar? Venimos a ver el parquet.

-Hola, si soy yo. Pasar, es aquí mismo.

Entraron los tres en la casa de Pilar. Ella les llevó al comedor.

-aquí es donde tengo el problema.

-uff! Tiene que tener un escape de agua. Estos desperfectos solo salen si hay mucha humedad.

-En principio aquí no pasa ninguna tubería.

-eso solo lo sabremos cuando levantemos el suelo. Repararemos la avería e instalaremos un parquet nuevo. ¿Quiere que le Cambiemos toda la casa o solo el comedor y el pasillo?

-mejor toda la casa. Bueno, solo el piso de abajo.

- perfecto, déjenos medir la superficie y esta misma tarde le enviaremos el presupuesto.

- ¿cuándo vendrán a hacerlo?

- cuando nos diga el jefe, pero usted puede pedir que vengamos los días que necesite.

- en octubre estaré unos días fuera.

- dígaselo a mi jefe, seguro que lo podremos cuadrar.

-¿se encargarán ustedes de mover todos los muebles?

- eso déjalo a nosotros, no hay ningún problema.

-vale, muchas gracias.

Habían pasado cuatro días de festival y Pilar ya había visto unas 10 películas, por lo que ese martes se presentaba tranquilo. Solo tenía entradas para ver una película. Iba a ir a las 8 de la tarde a ver Dragged Across Concrete junto con su amiga María. Después les apetecía ir a bailar un rato. Estaban en la cola de Meliá esperando que abrieran las puertas de la sala. Era todo un ritual. Esperar, correr, sentarse donde pudieran, cambiarse de sitio después que los voluntarios del festival se retiraran y aplaudir, aplaudir todo, el gorila chafando aviones, los créditos de la película, la primera vez que salga en la pantalla Mel Gipson…

Antes de entrar a la sala se dio cuenta que había un tipo que la miraba fijamente. No le molestó su aptitud, pero como a ella la cara de él le sonaba, se quedó intrigada de quien podía ser y que quería de ella.

Al entrar en la Sala lo perdió de vista.

Al finalizar la película salió tranquilamente charlando con María de que le hubiera gustado ver el atraco al banco del que hablan en la película, ya que aunque duraba más de tres horas, no se había visto casi nada de él. Cuando estaban bajando la escalera, después de haber votado por la película, vio a su admirador secreto. Justo cuando pasaban junto a él, no pudo reprimir decir las siguientes palabras.

-vamos a bailar al Everlasting.

Lo dijo bien claro para ver si él entendía el comentario. Fue con María  a cenar una pizza en un restaurante que estaba de camino al centro del pueblo y luego se dirigieron a la conocida como calle del pecado. Entraron en el Everlasting, local que en esos momentos no estaba muy lleno. Después de pedirse unos mojitos, se dirigieron a la pista del fondo a bailar. Era música bailable de los años setenta, a las dos les encantaba.

Cuando llevaban una media hora bailando, entro en la sala su admirador secreto. Iba acompañado de unos amigos, y no dejaba de mirar a Pilar. Estuvieron bailando un tiempo, hasta que ella no pudo reprimir preguntarle.

-¿te conozco de algo?

-si me conoces, solo me has visto una vez.

-¿dónde te he visto?

-en la puerta de tu casa, te estoy cambiando el parquet.

-¡ostias! Si tú estabas con otro hombre el día que os enseñé mi casa para que me cambiarais el parquet. ¿Ya habéis acabado?

-casi casi. Mi jefe aún no sabe de dónde sale la humedad que ha destrozado la madera.

-¿a, si?, y ¿tú lo sabes?

- me hago una idea.

-pues si te vienes a mi apartamento cuando me canse de bailar, te lo enseño.

-creo que me va a encantar.

-espero que lleves bañador…

 

 

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