Dades personals

No te creas nada de lo que leas, y mucho menos de lo que no leas aquí.

divendres, 21 d’agost del 2020

¿Cuanto puede excitarnos Star Wars?

 



Nicholas Richardson era un artesano. Siempre se había considerado un artesano del diseño. No había sido capaz de crear obras originales, pero era muy bueno haciendo diseños con ideas de otros. Había pasado toda su vida trabajando para la empresa Topps en Nueva York, que estaba especializada la producción de cromos, o como los americanos llaman, trading cards.  Había ayudado a crear infinidad de proyectos- La mayoría eran cromos deportivos, especialmente de beisbol, deporte que le apasionaba. Podría parecer que era un trabajo fácil, pero nada más lejos de la realidad. Era todo un arte saber escoger una foto que intentara descubrir el carácter de cada jugador. Los más difíciles eran los jugadores nuevos, rookies, ya que eran los que potencialmente iban a ser buscados posteriormente si los jugadores se consolidaban.

Era un trabajo anónimo, muchísimos niños jugaban con sus creaciones y él no tenía ningún crédito. Pero le daba lo mismo, como buen artesano sabía que su trabajo no iba a ser recompensado con la fama, pero él no la necesitaba.

Corría el año 1977 y todo el mundo hablaba de la nueva película que se iba a estrenar. Era de ciencia ficción, pero no era como 2001 odisea del espacio, era más como la serie de televisión Star Trek, más para todos los públicos. Nadie sabía nada de la historia que iba a contar, por lo que aquella mañana de enero de 1977 cuando  su editor Gary Gerani le llamó a su despacho, significaba que algo grande iba a pasar.

Topps iba a producir los cromos de la nueva película Star Wars. Iban a producir cinco sets de 330 cromos en total. Les iban a conseguir material gráfico suficiente para que ellos hicieran los cromos. No habían visto la película, pero iban a ver todo su contenido antes que nadie.

Se preveían varios meses de intenso trabajo, por lo que Gerani le prometió a Nicholas que contrataría más personal, de manera que el trabajo pudiera estar finalizado en el momento del estreno de la película.

A la semana empezó a llegar el material con el que tenían que trabajar, pero no aparecía nuevo personal. Nicholas y sus ayudantes no daban abasto. Trabajaban 15 horas diarias y el trabajo no acababa de realizarse.

Tras cuatro meses, milagrosamente, las cinco series se habían realizado y para el día 23 de mayo, justo el día del estreno de la película de George Lucas, en todas las tiendas de juguetes, supermercados y estancos de Estados Unidos ya se podía comprar los sobres con los cromos de la película.

La película fue un éxito y los cromos de Topps se vendieron como churros.

Nuevamente Gerani llamó a Nicholas a su despacho.

Todo había salido perfecto, tenían entre manos una mina de oro, pero Gerani aún no había dicho su última palabra. Nicholas había hecho su trabajo con el mínimo de personal posible, pero cada día había llamado al despacho de Gerani.  El jefe de Topps se había hartado de su trabajador estrella. Había hecho un trabajo esplendido, pero le había estado importunando durante meses. Y eso era algo que él no podía soportar. Después de más de cuarenta años de servicios prestados a la compañía, Nicholas Richardson fue despedido.

Cuando se lo comunicó su jefe, Nicholas no pudo más que sonreír. Tenía más de sesenta años, un apartamento pagado en Brooklyn y ya le había llegado la hora de descansar. Le prometieron una buena indemnización a condición de que el no denunciara. En ese caso, los que ganarían mucha pasta serían los abogados.

Aceptó todo lo que le propusieron y firmó allí mismo todos los papeles. Gary Gerani se sorprendió de las facilidades que Nicholas dio. Pensaba que montaría un escándalo. Había estado meses llamándole a su despacho para pedirle más personal, y ahora aceptaba de buen grado una indemnización deficiente. Algo no cuadraba.

Nicholas había dejado un regalo a Topps. En el cromo 207, en el que el robot C-3PO (Anthony Daniels) se estaba dando un baño de aceite en Tatooine, Nicholas había dejado una imagen que iba a pasar a la historia.

Más adelante, cuando se dieron cuenta del “gazapo”, lo arreglaron en impresiones posteriores, pero las primeras ya habían salido de imprenta y miles de niños les iban a preguntar a sus padres: Mama ¿Por qué C3PO tiene una erección?

diumenge, 16 d’agost del 2020

Sueños de Mundial

 

Nadie en la familia de Miquel Murcia había jugado a rugby. Sus padres, llegados desde Extremadura a la población de Rubí en Barcelona en los años setenta no habían tenido oportunidad de hacer otra cosa que no fuera trabajar. Con quince años Miquel ya media 1,85, varios equipos de baloncesto intentaron que jugaran para ellos, pero él había descubierto el rugby cuando un amigo le invitó a entrenar en un equipo que había en el pueblo de al lado.

Rápidamente se hizo un lugar en el equipo. Su juego de numero 8 era impresionante. Las categorías sub 16 y sub 18 pronto se le quedaban pequeñas. Siempre jugaba en el equipo superior, ganando varios campeonatos de España y siendo convocado primero por la selección catalana y más tarde por la selección Española, con la que llegó a jugar el campeonato de Europa juvenil de 2014.

No le gustaba mucho estudiar, pero las condiciones que le pusieron sus padres para que pudiera hacer deporte eran muy claras, si no estudiaba una carrera, no podía jugar a rugby. Acabó como pudo el bachillerato e inició estudios de INEF, ya que era lo más parecido a lo que él quería ser, profesional de rugby.

Cuando llegó a la categoría sénior, su club se le quedó pequeño. Jugaba en la segunda categoría nacional y, desde la Federación ya le habían dicho que jugando allí iba a ser muy difícil que le convocaran para jugar en la selección nacional. Los dos equipos catalanes que jugaban en División de Honor le habían hecho ofertas, pero no eran del todo satisfactorias. Le prometían algo de dinero y trabajos de media jornada, pero él quería más. Quería dedicar todo su tiempo a entrenar como un profesional. Los estudios eran secundarios, pero le iban bien para mejorar físicamente. Los profesores le enseñaban cosas que él podía aplicar en sus entrenos, pero de ninguna manera se iba a dedicar a ser un simple profesor de educación física, eso no iba a pasar nunca.

Un día de verano de 2016 recibió la llamada que estaba esperando. Había un proyecto muy interesante en una ciudad de Castilla que le podía interesar. Le proporcionaban vivienda en el campus de la universidad, le pagaban la matrícula y el curso y le asignaban la cantidad de mil euros mensuales en concepto de beca. Solo tenía que hacer una cosa, jugar en el equipo de la Universidad que acababa de subir a división de Honor.

Era la oportunidad de su vida. En septiembre se presentó en esta ciudad. Sus compañeros de equipo le recibieron fríamente. Había argentinos, franceses, samoanos, australianos, y algún español. Los entrenos se hacían en inglés, y a nadie le parecía importar las clases universitarias. Miquel estaba en su salsa. Rápidamente se ganó la titularidad y, aunque el equipo no iba muy bien en la clasificación general, en enero recibió la primera llamada para una convocatoria en la selección española absoluta.

En el primer partido que disputó, salió desde el banquillo en la victoria a Rusia. Su actuación fue muy destacada y así se ganó un puesto en el equipo titular. En esa selección jugó con lo mejor que la federación había encontrado, jugadores franceses con ascendencia española, jugadores extranjeros que jugaban la liga española y algún que otro jugador nacional.

Ese año España quedó tercera en la clasificación del Europe Championship. Durante el año 2018 se decidiría quien iba al mundial de Japón, y ahí era donde Miquel tenia puestas todas sus expectativas. Una buena actuación le iba a garantizar un buen contrato profesional en alguna liga francesa o inglesa. Ese era su futuro.

El 11 de febrero empezaron muy bien ganando a Rusia en Krasnodar, aunque la clave estaba en el partido contra Rumania. En 2017 habían perdido por muy poco y una victoria les podía dar el acceso al mundial. De hecho les daba el acceso a jugar el partido inaugural contra Japón.

El día 18 era el día clave. Jugaron contra Rumania en el estadio Central de Madrid. Allí ganaron por 22 a 10 con dos ensayos de Miquel. Fue un gran triunfo, con más de 15000 personas en las gradas, todo estaba preparado para ir al mundial. Solo quedaba ganar a Alemania y a Bélgica y se aseguraban la clasificación. El único problema fue una lesión que se hizo en un dedo de la mano derecha a diez minutos del final.

Parecía que no era nada más que una fisura, por lo que no se preocupó más por el tema y siguió entrenando, aunque la lesión no le permitía jugar.

El 11 de marzo sus compañeros se imponían a Alemania por 84 a 10. El veía el partido desde la grada. Solo le quedaba un mes para poder volver a los campos, por lo que se iba a perder el último partido ante Bélgica, a la que habían ganado 30 a 0 el año anterior. Pero lo más importante, iba a llegar en perfecto estado a la fase final del mundial que se disputaba en octubre del año siguiente en Japón.

Ese miércoles 14 de marzo, en una revisión rutinaria le llegó la mala noticia. El hueso no se había soldado bien. Necesitaba cirugía y posiblemente debería estar muchos meses de baja. Eso podía suponer que se iba a perder toda la preparación del equipo nacional para el mundial. No podía estar pasando eso. Era el final. Pese a su juventud, Miquel no iba a ser capaz de soportar esa decepción. Tenía que haber otra manera. Y la había. Había una alternativa. Los doctores le aseguraron que si decía amputarse el dedo, la recuperación iba a ser mucho más rápida, posiblemente durante el verano podría volver a los campos. Miquel no se lo pensó dos veces. Perder el dedo corazón valía la pena si la recompensa era jugar un mundial de Rugby.

Ese mismo domingo 18 de marzo mientras sus compañeros jugaban contra Bélgica en el Estadio Balduino,  Miquel entraba en el quirófano para amputarse el dedo. El dedo que le iba a suponer un futuro inmejorable. El resto es historia.

 


Historia es que España perdió ese partido 18 a 10 gracias un penoso arbitraje del colegiado rumano que hizo que Rumania se clasificara para el mundial y España pasara a la repesca.

Repesca que nunca jugó, ya que después de varias denuncias por alineaciones indebidas (extranjeros que había jugado ya para sus países de origen) Rumania, España y Bélgica fueron sancionadas de manera que cayeron en la clasificación. Se clasificó directamente al mundial Rusia (cuando solo había ganado dos partidos) y pasó a la repesca Alemania (que no había ganado ningún partido)

Viva el rugby.

 

 

 

 

 

dimarts, 4 d’agost del 2020

Cosas de Niños

El pasado viernes finalizó el Casal/Campus en el que he estado trabajando. Hacía muchos años que no trabajaba directamente con niños y se puede decir que me lo he pasado bastante bien. No se ha hecho nadie daño, nadie ha cogido el coronavirus, todo ha salido como esperábamos, los niños se lo han pasado bien y, espero, han aprendido algo. Me he ido apuntando las cosas que nos han pasado. Son cosas sencillas, frases de niños que te dejan con el culo torcido, preguntas incomodas… espero      que os gusten tanto como me han gustado a mí.

 

Hoy un niño me ha dicho: “ese niño me ha dicho que voy a acabar como Hitler, que me voy a suicidar”.

Jugando al “asesino”, yo era el encargado de decir a los niños quien era el Policía, el espía y el asesino. Pues he hecho que un mismo niño fuera el asesino y el espía a la vez. Y no me he dado cuenta hasta que se ha acabado el juego.

Un niño me ha preguntado si me habían picado mosquitos señalando mis voluminosas varices.

He visto un niño que hacia cosas raras con las manos en la espalda. Le he preguntado que estaba haciendo y me ha dicho que quería dejarse la marca de la mano en la espalda con el sol.

Un niño me ha preguntado si en la piscina que estábamos cabía un Megadolon

Un niño ha asegurado que desde que han llegado unos niños nuevos, todo son peleas y discusiones, que cuando estaba XXXX  (una niña que esta semana no ha venido) todos hacían lo que ella decía y no pasaba nada. Era una dictadura, pero había justicia. (La realidad es que todos están enamorados de ella)

Hoy he chutado con todas mis fuerzas la pelota de fútbol y le he dado en la cara a un niño (no lo he hecho queriendo).

Hoy un monitor le ha echado gel hidroalcohólico en el ojo a un niño.

Hoy un niño me llamado “Papa”.

Hoy he ido a hacer la acollida a los niños que entran en el casal una hora antes, a las 8:00. Solo tenía que venir un niño. No ha venido.

Hoy hemos hecho un juego de preguntas. Tenían que decir grupos de música. Han dicho muchos, entre ellos Los Chichos y Los Chunguitos…

Un grupo no sabía ningún grupo extranjero, y cuando les iba a dar la pregunta por nula, un niño ha dicho del tirón Iron Maidem, AC/DC y Led Zepellin…

Uno ha dicho Los Morancos como grupo de música.

Capital de Estado Unidos: Texas.

Capital del Baix Llobregat: Barcelona

Campeón del mundo de Baloncesto: Los Angeles Lakers o el Barcelona

Hoy un niño me ha dicho: “hoy me hubiera gustado quedarme en casa haciendo deberes”

Hoy, al acabar un partido con el resultado 5 a 3, una niña, que estaba en el equipo perdedor, me ha dicho “es igual, nosotros tenemos mejor humor”.

Una niña (12 años) me ha dicho que tenía un novio que la dejó. La dejó porque llevaban tres meses sin hablarse.

Hoy dos niñas se han peleado porque tienen una amiga en común a la que una odia y la otra no. Resulta que esa niña es la hija de una que iba al instituto conmigo.

Hoy un niño ha metido la cara en el aspersor que riega el campo. Tiene un derrame en un ojo.

Hoy una niña me ha acusado de llamarla gorda. No era verdad.

Hoy unos niños han imitado a los monitores, la niña que me imitaba a mí se ha puesto una toalla en la barriga para parecer más gorda.

Hoy hemos jugado a rugby y me he metido en una melé. No se podía empujar. Yo he empujado con todas mis fuerzas para ganar la pelota.

Hoy un niño ha contestado a la pregunta quién es el presidente de la Generalitat  “el coletas”.

Hoy un niño me ha dicho: “te voy a contar un secreto que no le he dicho ni a mis padres, creo en dios”.

Hoy un niño ha cogido un berrinche porque le hemos echado gel hidroalcohólico, en las manos.

Hoy haciendo un juego de preguntas varias les he pedido que me digan títulos de películas de ciencia ficción. Un niño ha contestado “Contagio”. No la he dado por buena, le he dicho que es un drama, no es ciencia ficción.